El Camino a la Salvación: Reflexiones sobre Romanos 10-14

Hermanos y hermanas en Cristo, Romanos 10-14 nos ofrece un profundo entendimiento del camino a la salvación. En Romanos 10:9-10 leemos: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación." Este pasaje nos recuerda que la salvación no se gana por obras, sino que es un regalo de Dios recibido a través de la fe en Jesucristo, quien murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.

Pero la fe no es pasiva. Requiere un cambio de corazón, un arrepentimiento genuino de nuestros pecados (Romanos 10:1). Debemos reconocer nuestra necesidad de un Salvador, nuestra incapacidad de alcanzar la justicia divina por nuestros propios medios. Como dice Romanos 12:1-2: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." Este llamado a la transformación interna es crucial para vivir una vida que agrade a Dios.

Romanos 13 y 14 discuten las responsabilidades de un creyente dentro de la sociedad y la iglesia. Debemos someternos a las autoridades constituidas (Romanos 13:1-7), pero al mismo tiempo, vivir nuestras vidas con la libertad que Cristo nos ha dado. Hay libertad en la fe, pero también una responsabilidad hacia los demás (Romanos 14:1-15:13). La clave es la caridad, el amor por nuestros hermanos y hermanas en la fe, reconociendo que cada uno está en diferentes etapas de su caminar espiritual. Debemos tener cuidado para no juzgar ni menospreciar a otros, sino buscar la edificación mutua. Recuerda las palabras del Señor: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Juan 15:12).