El Poder que Opera en Nosotros: Un Sermón Expositivo

Hermanos y hermanas, Efesios 1:19 nos revela la "supereminente grandeza de su poder". Este no es un poder débil o limitado, sino un poder que excede toda comprensión, como dice Salmo 147:5: "Grande es nuestro Señor, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito." Consideremos a David, un joven pastor que enfrentó a Goliat, no con su fuerza, sino con la confianza en el poder de Jehová. 1 Samuel 17:45-47 narra cómo David declaró: "Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado." El poder de Dios se manifestó en la victoria de David, un testimonio de la inmensa fuerza disponible para nosotros.

Este poder inmenso no es abstracto, sino personal. Efesios 1:19 continúa: "...para con nosotros los que creemos...". No es un poder distante o inaccesible, sino que está disponible para cada uno de nosotros que hemos puesto nuestra fe en Cristo. Mateo 14:28-31 describe a Pedro caminando sobre las aguas, un acto de fe que fue posible gracias al poder de Dios. Mientras creyó, anduvo; cuando dudó, se hundió. Este es un recordatorio poderoso de que el acceso al poder divino depende de nuestra fe.

Finalmente, este poder no es pasivo, sino operativo. Efesios 1:19 declara: "...según la operación del poder de su fuerza." La resurrección de Jesucristo (Efesios 1:20) es la prueba suprema de este poder; un poder que resucita lo muerto, restaura lo perdido y renueva lo seco. Este es el mismo poder que está disponible para nosotros, para superar nuestras debilidades, para transformar nuestras vidas y para realizar la voluntad de Dios. Isaías 40:31 declara: "Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

Amados hermanos, para acceder a este poder, debemos declarar la Palabra de Dios, orar con enfoque, buscando la revelación del poder divino, y enfrentando nuestros desafíos con fe. Debemos recordar que tenemos acceso al mismo poder que levantó a Cristo de la muerte. Reflexionemos: ¿Estamos conscientes del poder de Dios a nuestra disposición? ¿Dónde necesitamos confiar en Él más plenamente? ¿Hemos limitado a Dios por falta de fe?