La Triunfal Consumación de la Fe: Una Mirada a 1 Tesalonicenses 5:23-24

Hermanos y hermanas en Cristo, 1 Tesalonicenses 5:23-24 nos ofrece una visión gloriosa de la consumación de la fe, una promesa de integridad y totalidad en nuestra unión con Dios. El versículo declara: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo." Observemos la amplitud de esta santificación: no se limita a una parte de nosotros, sino que abarca la totalidad de nuestro ser. El Espíritu, la fuente de la vida divina en nosotros (Romanos 8:9), el alma, el centro de nuestra voluntad y emociones, y el cuerpo, nuestro templo terrenal (1 Corintios 6:19), todo debe ser santificado. Es un llamado a la integridad, una vida donde cada faceta de nuestro ser refleja la santidad de Dios.

La promesa de Dios no se detiene en la santificación. El pasaje continúa diciendo: "'ea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo." Esta "guarda" no es una obra nuestra, sino un acto soberano de Dios que nos preserva del mal y nos mantiene firmes en nuestra fe hasta el día de su regreso. No es una garantía de una vida sin pruebas o tentaciones, sino una garantía de perseverancia y victoria final. Dios, en su infinita gracia y amor, nos preserva para que estemos preparados para el día de su venida, sin mancha y sin defecto (Judas 1:24). Él es fiel para completar la obra que comenzó en nosotros (Filipenses 1:6).

Finalmente, hermanos, recordemos que esta promesa de santificación y preservación se basa en la fidelidad de Dios. Él es el Dios de paz, el autor de nuestra salvación y el garante de nuestra perseverancia. Su poder es infinito, y su amor inagotable. Podemos confiar plenamente en su promesa, sabiendo que Él nos capacita para vivir una vida santa y nos guarda hasta el día de su regreso. Que esta verdad nos llene de gozo, esperanza y perseverancia en la fe. Amén.