Finalmente, hermanos, la verdadera riqueza, la más perdurable y valiosa, se encuentra en el reino de Dios. Mateo 6:19-21 nos advierte: "No os amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino amontonaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." Busquemos primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas nos serán añadidas (Mateo 6:33).