En Juan 4, leemos sobre un encuentro transformador entre Jesús y una mujer samaritana en un pozo de Siquem. Este encuentro, aparentemente ordinario, nos revela la profundidad del amor de Dios. Jesús, desafiando las convenciones sociales y religiosas de su tiempo, se acerca a una mujer marginada, una samaritana, para ofrecerle "agua viva" (Juan 4:10). Este acto simple ilustra la iniciativa de Dios para llegar a aquellos que se sienten excluidos.