Cinco Razones para Estudiar la Palabra de Dios

Hermanos y hermanas, ¿cómo podemos andar en los caminos del Señor si no conocemos sus sendas? Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." El estudio de la Biblia ilumina nuestro entendimiento, guiándonos hacia la vida que Dios ha planeado para nosotros. Es a través de su Palabra que descubrimos su voluntad, sus mandamientos y sus promesas.

2 Pedro 1:3 nos exhorta a: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia". El estudio diligente de las Escrituras no es un acto pasivo, sino un proceso activo de transformación. Nutre nuestra fe, fortalece nuestro espíritu y nos ayuda a madurar en Cristo. Es como la alimentación espiritual que necesitamos para crecer en gracia y conocimiento.

Romanos 15:4 dice: "Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza." En medio de las pruebas y tribulaciones, la Biblia nos ofrece consuelo, esperanza y fortaleza. Sus promesas nos sostienen, sus ejemplos nos inspiran, y su verdad nos libera del miedo y la desesperación.

Hebreos 5:14 nos dice: "Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal." El estudio regular de la Biblia agudiza nuestro discernimiento espiritual, permitiéndonos distinguir la verdad del error, la luz de las tinieblas. Nos equipa para enfrentar las mentiras y las tentaciones del mundo.

1 Pedro 3:15 dice: "sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros". Para compartir eficazmente el Evangelio con otros, debemos conocerlo profundamente. El estudio de la Palabra de Dios nos proporciona el fundamento bíblico necesario para comunicar la buena nueva de salvación a un mundo necesitado. Es nuestra responsabilidad ser embajadores de Cristo.