La santidad de Dios es la fuente de Su gloria. Su santidad es visible en Su creación, en Su providencia y especialmente en su obra redentora. La gloria de Dios es el resplandor de su perfecta santidad. Apocalipsis 4:8 describe la adoración en el cielo: "Y las cuatro criaturas vivientes tenían cada una seis alas; y alrededor y por dentro estaban llenas de ojos; y día y noche no cesaban de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir."