1 Corintios 6:19-20 declara: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."
A diferencia del templo físico, que era un lugar geográfico, nuestro cuerpo se convierte en el templo del Espíritu Santo a través de la fe en Jesucristo. Cuando recibimos a Cristo, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, haciendo de nosotros su morada santa. Juan 14:16-17 promete: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros."