Hermanos y hermanas en Cristo, la Escritura nos advierte repetidamente sobre el peligro de la ceguera espiritual. En Mateo 13:15, Jesús dice: "Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y sus ojos han cerrado; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane." Esta ceguera no es una falta física, sino una resistencia al conocimiento de la verdad de Dios. Es un estado peligroso que nos impide reconocer la presencia del pecado en nuestras vidas y el peligro que nos rodea.