Romanos 7:1-6 describe vívidamente la experiencia del apóstol Pablo antes de su encuentro con Cristo. Él habla de estar "muerto para la ley" (v. 4), un estado de esclavitud al pecado, a pesar de su deseo de agradar a Dios. Esto refleja la condición de todos nosotros antes de la salvación: "Porque todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). La ley, en lugar de liberar, revela la profundidad de nuestra naturaleza pecaminosa. "Porque por la ley conocí el pecado" (Romanos 7:7).