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Contra el Arrianismo: La Divinidad de Cristo

Contra el Arrianismo: La Divinidad de Cristo
La Eternidad de Cristo
Hermanos y hermanas en Cristo, el arrianismo, esa herejía perversa, buscaba disminuir la gloria de nuestro Señor, negando su divinidad eterna. Pero las Escrituras proclaman con claridad la eternidad de Cristo, su existencia antes de la creación del mundo. Como dice en Juan 1:1, "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." No se trata de una divinidad creada, sino de una coexistencia eterna con el Padre. Colosenses 1:15-17 nos revela que Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, por medio de él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra.
La Deidad de Cristo
El arrianismo, en su intento de rebajar a Cristo, lo situaba como una criatura superior, un ángel poderoso, pero no Dios. Sin embargo, los evangelios nos muestran a un Jesús que realiza milagros divinos, perdona pecados — prerrogativa exclusiva de Dios (Marcos 2:5-12) — y declara su propia deidad (Juan 8:58; 10:30). Hebreos 1:8 declara: "Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino." Estas palabras no dejan lugar a dudas sobre la naturaleza divina de nuestro Señor y Salvador.
La Unidad de la Trinidad
El arrianismo, al negar la plena divinidad de Cristo, socava la sagrada Trinidad. La Biblia nos revela un Dios único, existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Mateo 28:19 nos da el mandato de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Este mandato no es ambiguo: revela la unidad y la igualdad de estas tres personas divinas. La perfecta comunión de la Trinidad es la base de nuestra fe y esperanza.
El poder Redentor de Cristo
Si Cristo no fuera plenamente Dios, su sacrificio en la cruz no tendría el poder redentor que posee. Sólo Dios puede pagar el precio infinito por nuestros pecados. 1 Juan 4:10 nos dice: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados." Si Cristo no fuera divino, su sacrificio sería insuficiente para salvarnos del juicio divino. Su sacrificio, por ser divino, nos reconcilia con el Padre.
Por lo tanto, hermanos, mantengamos firme la verdad de la plena divinidad de nuestro Señor Jesucristo. Rechazamos la herejía del arrianismo y abrazamos la completa y gloriosa verdad revelada en las Sagradas Escrituras. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
Eternidad
Divinidad
Trinidad
Redención
Sacrificio
Juan 1:1
Colosenses 1:15-17
Marcos 2:5-12
Juan 8:58
Juan 10:30
Hebreos 1:8
Mateo 28:19
1 Juan 4:10

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