El segundo sueño, aún más impactante, revelaba una sumisión completa a José por parte de sus padres y hermanos: "Y tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño; y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban ante mí." (Génesis 37:9). Esto no solo apuntaba a la prominencia de José, sino también a la obra redentora de Dios, a través de su descendencia. "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jeremías 29:11) Dios tenía un plan perfecto para José, aun cuando sus hermanos lo rechazaran.