La Ofrenda que Agradá a Dios

Hermanos y hermanas en Cristo, ¿Qué ofrenda agrada a Dios? No se trata de la magnitud material, sino de la actitud del corazón. Proverbios 23:26 nos dice: "Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos mis caminos." Dios valora la entrega completa, la devoción sincera, más que cualquier don material. Como dice Mateo 6:21: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."

El diezmo, como acto de obediencia, es importante (Malaquías 3:10), pero no es el único aspecto de la ofrenda agradable a Dios. Debemos ofrecerle todo lo que somos: nuestro tiempo, talentos y recursos. 2 Corintios 8:5 nos exhorta: "y esto no como lo esperábamos, sino que primeramente a sí mismos se dieron al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios." Dios busca una entrega total, no solo una porción de nuestras posesiones.

Además de las ofrendas materiales, la alabanza y la adoración genuina son esenciales. Hebreos 13:15: "Por tanto, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre." Nuestras vidas consagradas a Él, manifestadas a través de la adoración, son una ofrenda continua y preciosa.

Servir a los demás, especialmente a los más necesitados, es otra forma de ofrendar a Dios. Mateo 25:31-46 nos relata la parábola de las ovejas y las cabras, donde se enfatiza la importancia de servir a los más vulnerables como si se lo hiciéramos a Cristo mismo. Dar de nuestro tiempo, esfuerzo y recursos a los demás es una ofrenda que agrada profundamente a nuestro Padre Celestial.