Hermanos y hermanas, el estudio de la palabra de Dios no es una tarea opcional, sino un mandato divino. Como dice Deuteronomio 6:6-7: "Mira, yo pongo hoy delante de ti la bendición y la maldición: la bendición, si oyeres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te mando hoy; y la maldición, si no oyeres los mandamientos de Jehová tu Dios, y te apartares del camino que yo te mando hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no conociste." A través del estudio diligente, recibimos la bendición de una relación más profunda con nuestro Dios.
Además, Salmo 119:105 declara: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." La Biblia ilumina nuestro sendero, guiándonos en la oscuridad y proporcionando sabiduría para tomar decisiones acertadas en medio de las dificultades de la vida. El estudio bíblico nos ayuda a discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas.