Mateo 24:13 describe una realidad dura, pero esperanzadora para los creyentes: "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo." Este versículo, pronunciado por Jesús en su profecía sobre la destrucción del templo y el fin de los tiempos (Mateo 24), no habla de una salvación fácil o automática, sino de una perseverancia activa y fiel en medio de las pruebas y tribulaciones. Recuerda el contexto de la Gran Tribulación descrita en los versículos previos; un tiempo de angustia sin igual. No es un llamado a la autosalvación, sino una llamada a la dependencia en Dios y la fidelidad a su palabra.