Hermanos y hermanas en Cristo, antes de encontrar la salvación en Jesús, éramos parte de la "antigua creación," cegados por el pecado y esclavos de nuestras pasiones. Como dice Romanos 6:6: "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado fuese destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado." Nuestra identidad estaba definida por nuestras imperfecciones, nuestras fallas, nuestras acciones pecaminosas.