Por otro lado, la Biblia también enseña la importancia de la humildad en la vestimenta. Jesús, aunque era el Rey de Reyes, no se ostentó con ropas lujosas. Su sencillez en la vestimenta contrastaba con la opulencia de los líderes religiosos de su tiempo. Mateo 11:8 nos dice: "Porque el que es nacido de mujer, no ha venido mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él". Su enseñanza nos impulsa a valorar la humildad sobre la ostentación material. El apóstol Pablo, en 1 Timoteo 2:9, exhorta a las mujeres a adornarse con "ropa decorosa". Esto sugiere una vestimenta modesta y respetuosa.