Hermanos y hermanas, en este día de acción de gracias, recordemos las innumerables bendiciones que nuestro Padre Celestial ha derramado sobre nuestras vidas. Salmo 103:2 nos recuerda: "Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre". No se trata solo de las provisiones materiales, sino de la gracia inmerecida que recibimos a través de Jesucristo. Él es la fuente de toda nuestra abundancia, la raíz de nuestra alegría y el fundamento de nuestra esperanza. Como dice Deuteronomio 8:18: "Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, para confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día."