Un Cultivo de Gratitud: Acción de Gracias desde la Perspectiva Bíblica

Hermanos y hermanas, en este día de acción de gracias, recordemos las innumerables bendiciones que nuestro Padre Celestial ha derramado sobre nuestras vidas. Salmo 103:2 nos recuerda: "Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre". No se trata solo de las provisiones materiales, sino de la gracia inmerecida que recibimos a través de Jesucristo. Él es la fuente de toda nuestra abundancia, la raíz de nuestra alegría y el fundamento de nuestra esperanza. Como dice Deuteronomio 8:18: "Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, para confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día."

Más allá de las bendiciones materiales, la mayor razón para dar gracias reside en el perdón de nuestros pecados. Isaías 53:5 declara: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados." Este acto de amor incondicional, este sacrificio inimaginable por nuestra redención, es el don más grande que jamás podremos recibir. Recordemos el sacrificio de Cristo y demos gracias por la libertad y la paz que Él nos ha otorgado. Como dice Colosenses 2:13-14: "y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados; haciendo nulo el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz."

Finalmente, demos gracias por la comunidad que compartimos en Cristo. Hebreos 10:24-25 nos exhorta: "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca." La hermandad en Cristo, el apoyo mutuo y el amor incondicional que encontramos en nuestra iglesia son regalos invaluables. Demos gracias por las relaciones que nos enriquecen, por aquellos que nos aman y nos sostienen, y por la oportunidad de servir juntos en el reino de Dios.