Isaías 53 profetiza acerca del Siervo Sufriente, quien cargaría con nuestros pecados y sufriría por nosotros. Leamos Isaías 53:5-6: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; y Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros." Jesús, el Cordero de Dios, cumple a la perfección esta antigua profecía.