Hermanos y hermanas, el orgullo, esa sutil serpiente que se desliza en nuestros corazones, es la raíz de toda una cosecha amarga. Proverbios 16:18 nos advierte: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída, la altivez de espíritu". Este versículo nos revela que el orgullo precede a la destrucción, alejándonos de la gracia de Dios.