La sabiduría divina nos llama a la prudencia y a la humildad. Debemos reconocer nuestras limitaciones y depender completamente de la gracia de Dios en cada paso que demos. Santiago 4:13-15 nos exhorta a la humildad: "Escuchad ahora, vosotros que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allí un año, y negociaremos, y ganaremos. Pero no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de decir: Si el Señor quiere, haremos esto o aquello."