Samuel, guiado por las apariencias, inicialmente pasó por alto a David. Este joven pastor, aparentemente insignificante a los ojos humanos, fue elegido por Dios para ser rey de Israel. Este pasaje nos enseña la importancia de la humildad y la obediencia a la voluntad divina. Dios llama a aquellos que Él escoge, sin importar su condición social, su apariencia física o sus logros personales. Mateo 11:29: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas."