Hermanos y hermanas, la historia de un leproso en el palacio, aunque no se nos relata específicamente en un pasaje único de la Biblia, nos ofrece una poderosa parábola sobre la condición humana. El lepra, como enfermedad, representaba el aislamiento y la separación de la comunidad, un reflejo de nuestra separación de Dios por el pecado. Levítico 13:46 describe al leproso como "impuro". Este aislamiento físico simboliza el aislamiento espiritual que experimentamos cuando nos alejamos de la gracia de Dios.