Finalmente, José se reencuentra con sus hermanos, quienes, consumidos por el arrepentimiento, se arrodillan ante él (Génesis 45:1-15). En vez de venganza, José les ofrece perdón y provisión, demostrando la incomparable gracia de Dios. Su actitud refleja el amor y la compasión que Dios tiene por todos aquellos que se arrepienten de sus pecados. Este encuentro nos enseña la importancia del perdón, tanto para quien ha ofendido como para quien ha sido ofendido. El perdón, como el que José extendió, es una expresión del amor redentor de Dios.