Dios nos confía recursos, ya sean financieros o de otro tipo, para que los administremos con sabiduría y responsabilidad. Proverbios 3:9-10 nos anima: "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros, y rebosarán tus lagares de mosto". Esto no implica codicia o acumulación, sino una administración sabia y generosa, reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios.