Pero la buena noticia es que no estamos desamparados. Efesios 6:10-18 nos equipa para esta batalla espiritual: "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo? Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos". Nuestras armas son la oración, la Palabra de Dios, y la fe en el poder de Cristo.