La Puerta Estrecha: Un Camino de Salvación

Hermanos y hermanas, las escrituras nos hablan de una puerta estrecha, un camino angosto que conduce a la vida. Mateo 7:13-14 nos advierte: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan."

¿Qué significa esta "puerta estrecha"? No se trata de una restricción literal, sino de una elección espiritual, una decisión consciente de seguir a Cristo. Implica renunciar a la comodidad del pecado, a las tentaciones del mundo, y abrazar la humildad y la obediencia a la voluntad de Dios.

El camino angosto demanda sacrificio. No es un camino fácil, plagado de pruebas y tribulaciones. Requiere perseverancia, fe inquebrantable, y una disposición a negarse a sí mismo, tomando la cruz cada día (Mateo 16:24).

Aunque el camino es estrecho y difícil, no estamos solos. La gracia de Dios nos acompaña en cada paso. Su Espíritu Santo nos guía, fortalece y consuela en medio de las adversidades. Él nos da la fuerza que necesitamos para perseverar hasta el final.

Finalmente, la recompensa por transitar la puerta estrecha es eterna. Jesús nos promete la vida abundante, la comunión con Él, y la herencia celestial preparada para aquellos que le aman y le obedecen. Esta recompensa sobrepasa toda comprensión terrenal.