Para aquellos que luchan con la inmoralidad sexual, la Biblia ofrece un camino hacia la sanidad y la restauración. Salmo 51:10-12 expresa una súplica por un corazón limpio: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de tu presencia, ni quites de mí tu santo Espíritu. Restituyeme la alegría de tu salvación, y espíritu noble me sustente". La oración, el estudio de la Biblia, la comunidad cristiana y el asesoramiento profesional pueden proporcionar el apoyo necesario para superar este desafío.