"El día de la angustia" no se refiere únicamente a catástrofes físicas o eventos repentinos de gran magnitud, sino a toda clase de tribulaciones que enfrentamos en esta vida. Incluiría momentos de dolor, enfermedad, pruebas de fe, incertidumbre, temor y desesperación. En esos momentos de prueba, en esa oscuridad, el Señor nos llama a invocarlo. Recuerda la promesa del Señor en Isaías 41:10: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia."