Avanzando con Firmeza: Un Llamado a la perseverancia

Hermanos y hermanas en Cristo, la Escritura nos advierte constantemente contra el retroceso espiritual. Hebreos 10:38-39 nos exhorta: "Pero el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará á mi alma." El retroceder no es simplemente un tropiezo menor; es un alejamiento de la gracia de Dios, una renuncia a la vida que Él nos ofrece en Cristo Jesús. Nos encontramos con ejemplos de esta advertencia a través de toda la Biblia; desde la caída de Adán y Eva hasta la desobediencia de Israel en el desierto, la historia nos muestra que la complacencia y la falta de perseverancia llevan a la separación de Dios.

Para evitar este peligro, debemos aferrarnos firmemente a la fe que hemos profesado. Romanos 1:17 nos dice: "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." Nuestra justicia no proviene de nuestras obras, sino de la fe inquebrantable en el sacrificio de Jesús. Esta fe no es una emoción pasajera, sino una convicción profunda que nos impulsa a avanzar, incluso frente a las dificultades. Santiago 1:2-4 nos recuerda: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y la paciencia ha de tener su obra perfecta, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte cosa alguna."

El camino de la fe no es siempre fácil. Encontreremos obstáculos, tentaciones y pruebas que pondrán a prueba nuestra determinación. Sin embargo, 2 Timoteo 4:7 nos anima: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." Pablo, a pesar de las innumerables dificultades que enfrentó, mantuvo su enfoque en Cristo. Su perseverancia se convirtió en un ejemplo para nosotros, demostrando que la recompensa de la perseverancia en la fe es mayor que cualquier sufrimiento temporal. Filipenses 3:14: "Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."