Aun en medio de los valles de sombra de muerte, no debemos temer. El versículo 4 nos asegura: "Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento." Su presencia es nuestra fortaleza, su vara y cayado, símbolos de su protección y guía, nos confortan y nos dan aliento en tiempos difíciles. Él nos restaura, nos guía y nos protege.