El orgullo se manifiesta de diversas formas, a veces sutiles y difíciles de reconocer. Puede ser la arrogancia, la vanagloria, la soberbia, la prepotencia o el menosprecio hacia los demás. Como dice Santiago 4:6: "Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes." Observemos nuestras acciones, pensamientos y palabras para identificar si el orgullo se está infiltrando en nuestros corazones.