Hermanos y hermanas en Cristo, Romanos 2:16 nos presenta una verdad solemne y a la vez esperanzadora: "en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres conforme a mi evangelio." Este versículo no habla de un juicio arbitrario o impredecible, sino de un juicio justo y equitativo, basado en la revelación divina contenida en el evangelio de Jesucristo. Este día del juicio no es un evento distante e incierto, sino una realidad ineludible para cada uno de nosotros, como lo describe Hebreos 9:27: "Y así como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio,"