Hermanos y hermanas en Cristo, la Biblia nos asegura la inminente venida de nuestro Señor y Salvador. No es una simple especulación teológica, sino una promesa solemne reiterada a lo largo de las Sagradas Escrituras. Mateo 24:36 declara: "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino el Padre." Esta incertidumbre sobre el *cuándo* no debe minar nuestra fe en el *que* sucederá. 1 Tesalonicenses 4:16-17 nos exhorta a estar preparados: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."