Mateo 24, en su totalidad, describe los eventos que precederán a la segunda venida de Cristo. Jesús, al responder a la pregunta de sus discípulos sobre el fin del mundo y su regreso (Mateo 24:3), no ofrece una cronología precisa, sino una serie de señales que alertarán a los creyentes. No debemos buscar una fecha específica, sino entender la naturaleza de los tiempos que se avecinan.
Mateo 24:8 dice: "Todo esto será principio de dolores." La frase "principio de dolores" no se refiere a un único evento, sino a una era de tribulación, el comienzo de un período de gran sufrimiento y angustia en el mundo. Es el inicio de un tiempo de pruebas y aflicciones que se intensificarán conforme nos acerquemos a la venida de Cristo.
Estas tribulaciones incluyen guerras y rumores de guerras (Mateo 24:6), hambre y terremotos en diferentes lugares (Mateo 24:7). Estas son señales que nos recuerdan que vivimos en un mundo caído, sujeto a las consecuencias del pecado y la juicio de Dios. Estos eventos, aunque terribles, no son el fin, sino un aviso de lo que está por venir.
La palabra clave aquí es "principio." Este periodo de tribulación no es la tribulación final, sino el comienzo de un proceso. Nos enseña la importancia de la vigilancia espiritual y la necesidad de estar preparados para el regreso de nuestro Señor.
En medio de la ansiedad y la incertidumbre que genera el conocimiento de estos eventos, la Biblia nos llama a la esperanza y la perseverancia. Romanos 8:28 nos asegura: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Debemos confiar en la soberanía de Dios y mantenernos firmes en nuestra fe, incluso ante las pruebas más difíciles.
El conocimiento del "principio de dolores" no debe paralizarnos por el miedo, sino que debe impulsarnos a una vida de mayor fidelidad a Dios. Debemos aprovechar el tiempo que tenemos para proclamar el evangelio, vivir una vida santa y estar preparados para la venida del Señor.