El resultado de esperar en Jehová y recibir su fuerza renovadora es la capacidad de perseverar, de correr y caminar sin cansancio. Esto no significa que no habrá desafíos o pruebas en el camino, sino que tendremos la fuerza para afrontarlas, para resistir la fatiga espiritual y física. Es la resistencia y la perseverancia que solo Dios puede proporcionar. Hebreos 12:1 nos recuerda: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, desechando todo peso, y el pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta,"