Hermanos y hermanas en Cristo, el profeta Habacuc, en medio de una profunda crisis y viendo la aparente injusticia reinante, declara una fe asombrosa en el Señor. En Habacuc 3:17, leemos: "Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas del redil, y no haya vacas en los corrales;" Aquí vemos una descripción vívida de la devastación y la pérdida. Sin embargo, la respuesta de Habacuc no es el desaliento, sino una confianza profunda en Dios, a pesar de la ausencia de las bendiciones materiales habituales. Esto nos recuerda la importancia de confiar en Dios, no en nuestras posesiones materiales (Mateo 6:19-21). Nuestra seguridad y gozo no se basan en nuestras circunstancias, sino en la fidelidad de nuestro Dios.