¿A Quién Sirves? Una Reflexión sobre Mateo 12:29

Mateo 12:29 nos presenta una verdad fundamental sobre el reino de Dios y el reino de las tinieblas: "¿O cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? y entonces saqueará su casa." Este versículo nos muestra una batalla espiritual, una lucha entre dos fuerzas opuestas. No se trata de una lucha física, sino una lucha por corazones y mentes. Jesús, el hombre fuerte, vino a desatar a los cautivos del pecado, a liberar a los oprimidos por el poder del mal.

La imagen del "hombre fuerte" representa al diablo, el príncipe de este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11). Sus "bienes" son los corazones y las vidas que él ha cautivado con el pecado, la mentira y el engaño. El "saquear su casa" significa liberar a los cautivos del poder del mal y traerlos a la libertad que hay en Cristo.

Entrar en la casa del hombre fuerte y apoderarse de sus bienes no es algo que podamos lograr con nuestra propia fuerza. Requiere la fuerza sobrenatural de Dios. Debemos sujetarnos a Cristo, el verdadero hombre fuerte, para poder experimentar la liberación y vencer el poder del enemigo. Como dice 1 Corintios 15:57: "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo".

El versículo de Mateo 12:29 también subraya la importancia de la lealtad. No podemos servir a dos señores (Mateo 6:24). Estamos obligados a elegir: ¿Serviremos al reino de Dios o al reino de las tinieblas? La decisión es clara y las consecuencias son eternas. Nuestro corazón debe estar completamente entregado a Jesús, reconociendo su autoridad y sometiéndonos a su voluntad.