A pesar del caos inicial, Génesis 1:3 nos muestra la acción decisiva de Dios: "Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz". Dios no se quedó observando pasivamente el desorden. Su intervención activa, su palabra creadora, marca el comienzo del proceso de transformación de ese vacío y desorden en un mundo ordenado y lleno de vida. Este acto de creación es un acto de redención, una demostración del poder y el amor de Dios para transformar lo que está roto y sin forma. Isaías 45:18 dice: "Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra y la hizo, él la estableció; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro". Dios creó la tierra con un propósito, un propósito que se revela a través de su obra de creación.