Después de su profundo sufrimiento, Job experimentó una restauración completa, más allá de lo que había conocido antes. Job 42:10 nos dice: "Y el Señor bendijo el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes, y mil asnas." Este pasaje no solo destaca la bendición material, sino la fidelidad de Dios en su promesa de restitución. No es simplemente una compensación por el sufrimiento, sino una sobreabundancia que manifiesta la inmensa gracia de Dios.