Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, junto con todos los hermanos que están en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos: (1 Corintios 1:2). Esta es una llamada a la santidad, a vivir vidas que reflejan la grandeza de Dios. Nos recuerda que nuestra identidad está en Cristo, no en nuestras propias capacidades o logros. Como dice Isaías 6:3: "Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria."