Hermanos y hermanas en Cristo, el Salmo 146 nos advierte contra la peligrosa tendencia a confiar en la fuerza, el poder y la sabiduría del hombre. "No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, que no hay en él salvación" (Salmo 146:3). ¿Cuántas veces hemos depositado nuestra esperanza en líderes políticos, celebridades o incluso en nosotros mismos? El salmista nos recuerda que la ayuda verdadera sólo proviene de Dios.