Hermanos y hermanas en Cristo, el Salmo 95 nos llama a reconocer la soberanía de Dios sobre toda la creación. "Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor" (Salmo 95:6). Él es el creador de los cielos y de la tierra, el Dios que merece nuestra adoración incondicional. No olvidemos que Él es el Roca eterna, nuestro refugio en tiempos de angustia, como se menciona en Salmo 95:1.