Las plagas de ranas, piojos, moscas, enfermedad en el ganado, úlceras, granizo, langostas y tinieblas, no eran simplemente castigos, sino llamadas al arrepentimiento para el faraón. Cada plaga fue una oportunidad para que él reconociera el poder de Dios y liberara a Israel, mostrando el juicio de Dios sobre la injusticia y la opresión, pero también Su deseo de misericordia y redención. Como dice Romanos 2:4, "? ¿o menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que la benignidad de Dios te guía al arrepentimiento?".