La Biblia está repleta de ejemplos de virtudes en acción. Consideremos la humildad de Jesús, como se describe en Filipenses 2:5-8: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." La paciencia de Job, a pesar de sus pruebas inmensas, nos muestra la perseverancia en la fe. El amor incondicional de Dios, manifestado en el sacrificio de su Hijo, es el ejemplo supremo de virtud.