Hermanos y hermanas en Cristo, el pasaje de Éxodo 17:15-17 nos presenta un momento crucial en el viaje del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. Después de la victoria sobre Amalec, Moisés erigió un altar llamado "Jehová-Nissi" que significa "Jehová es mi bandera" o "Jehová mi estandarte". Este no era simplemente un monumento conmemorativo, sino una declaración profética, un acto de fe que perpetuaba la victoria de Dios sobre sus enemigos. Como dice Hebreos 11:32-34, "Y ¿qué más diré? Porque me faltaría el tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel, y de los profetas; los cuales por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, taponaron bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros". Este altar nos recuerda que nuestras batallas espirituales no son nuestras, sino que pertenecen a Dios y su victoria es nuestra victoria.