Apocalipsis 22:1-2 nos presenta una visión gloriosa del nuevo cielo y la nueva tierra. Se nos muestra un río cristalino, el río de la vida, que mana del trono de Dios y del Cordero. Este río simboliza la plenitud de la gracia y la vida eterna, recordándonos la promesa de Dios en Isaías 44:3: "Porque derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus renuevos;". El árbol de la vida, con sus doce frutos, que da fruto cada mes, representa la provisión inagotable de Dios para su pueblo, una bendición que se extiende a lo largo de toda la eternidad. En Génesis 2:9, vemos el árbol de la vida en el jardín del Edén; aquí, en Apocalipsis, se restaura completamente, símbolo de la restauración de toda la creación.