Sp
En

La Predestinación en Cristo: Un Misterio de Gracia

La Predestinación en Cristo: Un Misterio de Gracia
La Soberanía de Dios y la Elección
Hermanos y hermanas en Cristo, el tema de la predestinación es profundo y a menudo malinterpretado. Sin embargo, la Escritura nos revela la gloriosa verdad de que Dios, en su infinita sabiduría y amor, nos eligió antes de la fundación del mundo. Efesios 1:4-5 declara: "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor;" Esta elección no se basa en nuestros méritos, sino en la pura gracia de Dios.
Romanos 8:29-30 añade: "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó."
Este pasaje nos muestra la secuencia divina de la salvación: conocer, predestinar, llamar, justificar y glorificar. Todo es obra de Dios, un plan perfecto y soberano que se despliega en la historia de la humanidad.
La Salvación en Cristo: Fruto de la Predestinación
La predestinación no es un decreto arbitrario. Es un acto de amor, fundamentado en el sacrificio de Jesucristo. Dios nos predestinó "en Cristo", lo que significa que nuestra elección está inextricablemente unida a la obra redentora de nuestro Señor. Como dice Colosenses 1:13-14: "Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados."
Nuestro destino eterno está sellado en la cruz. La predestinación nos asegura que aquellos a quienes Dios ha elegido, no serán defraudados. Su amor es incondicional e inmutable. Juan 6:37-39 nos recuerda: "Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echaré fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero."
La predestinación, por lo tanto, no es una excusa para la inacción, sino un llamado a la gratitud y a la obediencia. Debemos responder a este inmerecido amor viviendo vidas dignas de nuestra vocación.
En conclusión, hermanos, la predestinación en Cristo es un misterio maravilloso que nos llama a la humildad y a la alabanza. Reconozcamos la soberanía de Dios en nuestras vidas y respondamos con corazones agradecidos a su inconmensurable amor. Que la comprensión de este gran misterio nos impulse a vivir vidas santas y agradables a nuestro Padre celestial.
Predestinación
Elección
Gracia
Cristo
Salvación
Soberanía
Amor
Redención

Copyright © 2025 Bibles