Génesis 1:27 declara: "Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó." Esta afirmación fundamental establece nuestra identidad y propósito como seres humanos. No se refiere a una similitud física, sino a una semejanza en cualidades espirituales y morales.
El Salmo 8:4-6 nos recuerda la grandeza de Dios y nuestra posición especial en la creación: "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, o el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, le has coronado de gloria y de honra, y le has puesto sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto debajo de sus pies: ovejas y bueyes, y también las bestias del campo," Esta posición privilegiada implica responsabilidad y cuidado.